Mi Hermano y Yo publican ‘Se va la Melancolía’ su primer álbum de estudio

Este disco ha sido una experiencia con la artesanía, las canciones fueron compuestas y maquetadas en su mayoría en los Alpes franceses durante la primavera de 2019, coincidiendo con el primer confinamiento mundial en este milenio. Las letras surgen de distintas experiencias, según la canción, historias de encuentros entre personas, o delirios del subconsciente. Como en una película de ciencia ficción, viajamos en coche, atravesando carreteras desiertas y puestos de control del ejército, desde los Alpes hasta Madrid (Torrelodones), después de haber enviado las maquetas a distintas casas de disco, y que “Universal Music” decidiera apoyarnos.

Edu Figueroa, viejo amigo nuestro y productor en auge, se ofreció a abrirnos las puertas de su casa y estudio en la sierra madrileña de Torrelodones, y quiso embarcarse en esta aventura, en la que él ha ocupado el lugar de contramaestre, dirigiendo con destreza y sapiencia a los profesionales que han colaborado en esta obra.

Antes de despegar o de zarpar, hicimos un estudio minucioso sobre nosotros mismos; cuáles habían sido nuestras referencias musicales desde pequeños, nuestras fuentes más actuales, qué artistas nos inspiran, a qué público queríamos llegar y qué queríamos transmitir exactamente.

Al final optamos por un disco sin guitarras eléctricas ni baterías, sin bajos al uso, decidiendo hacer una mezcla de instrumentos orgánicos, como ukeleles, o guitarras de nilón, contrabajos y congas, treses o pianos de pared, y elementos electrónicos para hacer los beats y ahora sí, los bajos y las atmósferas.

También requerimos mucho coro vocal, de nuestra panda sevillana, que luego retocamos con diferentes filtros, según la canción y la animosidad del día. Nuestra idea era hacer un disco asequible, escuchable, con la idea base de emocionar al mayor número de personas posible, algo que gustase a niños y no tan niños, acordándonos en todo momento del fenómeno de “los Simpson”.

Como dijo Leyva, con el cual coincidimos en esta declaración, los discos acaban siendo aproximaciones de una idea Madre, y en este caso, ha sido una aproximación que roza, podría decirse la idea primordial. Una experiencia humana arrolladora, en la cual casi los tres capitanes hemos llegado a nuestros fondos más íntimos, para aprender cosas sobre nosotros mismos, y sobre los compañeros. Hemos reído y llorado, y en definitiva vivido, por tanto, el reto ha sido solventado y conseguido. Las canciones son solo un reflejo de esta convivencia de más de dos meses en la sierra de Torrelodones, son nuestros sentimientos enmarcados, inmortalizados, son la consecuencia de un trabajo que nace de la ilusión, del corazón y del alma. – Mi Hermano y Yo