
ISRAEL FERNÁNDEZ HACE HISTORIA ANTE 9.000 PERSONAS EN LA CLAUSURA DE BIENAL FLAMENCO MADRID
Madrid se rindió el pasado viernes ante una de las grandes voces del flamenco contemporáneo. Más de 9.000 personas abarrotaron el parque Enrique Tierno Galván para presenciar el cierre de la primera Bienal Flamenco Madrid 2025, protagonizado por un Israel Fernández en estado de gracia. Fue una noche que ya forma parte de la historia del género: íntima y multitudinaria a la vez, arriesgada y profundamente jonda.
‘Madrid es como mi casa. Aquí aprendí a cantar, aquí me formé y aquí sigue estando la afición que me sostiene‘, declaró el cantaor toledano antes de salir a escena. Y esa sensación de casa, de comunidad, de verdad compartida, fue el hilo conductor de un concierto que combinó raíz y vanguardia con absoluta naturalidad.
Fernández presentó para la ocasión un espectáculo inédito, acompañado por una formación ampliada que reunió a sus músicos habituales —Diego del Morao a la guitarra, Ané Carrasco a la percusión, y las palmas de Pirulo, Marcos Carpio y Ángel Gallery— con nuevas incorporaciones: sintetizadores modulares de David Cordero, un cuarteto de cuerda, coro femenino y momentos al piano a cargo del propio cantaor. Una propuesta donde el flamenco se entretejió con arreglos contemporáneos sin perder ni un ápice de su hondura.
El repertorio incluyó piezas fundamentales de su trayectoria junto a estrenos en directo como ‘La inocencia’ o ‘Platero’. “Soy un cantaor de improvisación, de inspiración, de momento. Según me pille el día, así canto”, confesó. Y esa espontaneidad se sintió desde los primeros acordes, en un recital donde cada palo surgía con la frescura de lo irrepetible.
Con su prodigiosa voz, Israel ofreció seguiriyas, martinetes y soleás como si las inventara de nuevo, en una fusión de emoción, técnica y presencia escénica difícil de igualar. “El flamenco no se puede hacer a medias: es un tú a tú contigo mismo”, explicó recientemente. En Madrid, cumplió esa máxima con creces.
La clausura de la Bienal no solo supone un reconocimiento a su carrera, sino también una declaración generacional: el flamenco de hoy tiene voz, tiene raíz y tiene presente. “La pureza no está reñida con el mestizaje —dice—. Está reñida con la falsedad. Lo importante es hacer algo verdadero”.
Israel Fernández clausura así la primera Bienal Flamenco Madrid con un recital que reafirma su posición como figura esencial del cante actual. Un artista que canta con el corazón por delante, que escribe lo que vive y que ha hecho del flamenco una forma de estar en el mundo.
@Marco Daniel Guaman / Madrid Destino